Este martes se confirmó el primer caso de coronavirus en la Villa 31 de Retiro, Barrio Carlos Mugica. Se trata de una mujer de mediana edad que el viernes pasado se presentó en el punto de atención del barrio, el CeSAC 21 al sentir los primeros síntomas de la enfermedad. Al ser compatibles con el COVID-19, la mujer fue trasladada de inmediato a la Unidad Febril de Urgencias (UFU) del hospital Fernández. La mujer se encuentra aislada y tanto sus vínculos estrechos como las personas con las que tuvo contacto también se encuentran aisladas, según confirmaron fuentes del Ejecutivo porteño.
Hasta el momento es el único caso registrado y confirmado de circulación social de coronavirus en esa urbanización lindera a Recoleta en el que viven unas 45 mil familias. Si bien la información fue confirmada a Perfil por referentes barriales, la noticia también fue ratificada desde la Secretaria de Integración Social y Urbana, que depende del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
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“El rumor sobre un caso de coronavirus en el barrio comenzó a circular el lunes a la mañana entre los vecinos generando preocupación. A la tarde me convocaron desde la Secretaria de Integración y me ratificaron el caso de coronavirus en el barrio”, aseguró Adela Britos, presidente de la junta de consejeros vecinales del Barrio Carlos Mugica.
Más allá de ser por el momento el único caso confirmado de coronavirus en una urbanización informal, también se habrían registrado casos de circulación social del virus en la Villa 1 11 14, del Bajo Flores (Barrio Padre Ricciardelli) y en la Villa 15 (Ciudad Oculta) de Villa Lugano.
La circulación social del coronavirus en este tipo de asentamientos fue una de las situaciones que más preocupaban, junto con la epidemia de dengue, a las autoridades sanitarias de la Ciudad. En este sentido, las características propias del lugar como el hacinamiento, espacios reducidos, muchas veces sin la ventilación adecuada, falta de higiene y saneamientos, facilitan la propagación del virus entre sus habitantes.
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En este sentido, Britos, dejó trascender su preocupación al respecto debido a la situación que se vive en el barrio de Retiro. “Acá la gente es muy desobediente y le cuesta cumplir con la cuarentena. Si bien ahora usan barbijo, se ve mucha gente caminando por todos lados, es como que a ellos no les va a tocar la enfermedad. Además, la falta agua es otro problema. Nos piden que nos lavemos las manos a cada rato pero hay sectores enteros del barrio como Güemes, San Martín Ferroviario, Comunicaciones, Cristo Obrero a los que les falta agua”, completó la referente vecinal del lugar.